Mía Cueva: una atleta que superó a todo un estado
Por Angel Castillo / ASM
En la reciente Olimpiada Nacional, el nombre de Mía Cueva brilló más que el de estados completos. La joven clavadista tapatía ganó más medallas de oro (7) que la delegación entera de Durango (5), un contraste que revela tanto el talento individual como las diferencias estructurales en el deporte mexicano.
El Centro Acuático Metropolitano de Zapopan fue testigo de su hazaña. Mía se colgó siete medallas de oro: trampolín de 1 metro (límite y total), trampolín de 3 metros (límite y total), plataforma de 10 metros (total) y, en pruebas sincronizadas junto a su hermana gemela Lía, trampolín de 3 metros y plataforma de 10 metros. Con ello, no solo fue la figura indiscutible de los clavados, sino también pieza clave para que Jalisco reafirmara su hegemonía nacional.
Mientras tanto, en Durango, el panorama es otro. La falta de infraestructura ha sido una barrera constante para disciplinas acuáticas. Nuestros nadadores llevan meses entrenando sin una alberca de medidas oficiales tras el cierre de la Alberca 450, y pensar en una fosa de clavados es todavía más lejano. El resultado: una desventaja competitiva que se refleja en el medallero y que limita el desarrollo de nuevos talentos.
El caso de Mía Cueva no solo inspira, sino que deja sobre la mesa un tema urgente: sin condiciones adecuadas para entrenar, el talento local difícilmente podrá alcanzar el nivel que demanda el alto rendimiento. La pregunta es si Durango podrá cerrar esa brecha antes de que una generación entera de deportistas pierda la oportunidad de brillar.
— ASM Deportes
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